Hedy Lamarr, la actriz e inventora que patentó la base de todas las comunicaciones inalámbricas

Se trata de la transmisión de información secreta por un espectro ensanchado de frecuencias, mediante dos aparatos mecánicamente sincronizados. La vida de una estrella de Hollywood apasionada por la invención.

Hedy Lamarr, la actriz e inventora que patentó la base de todas las comunicaciones inalámbricas

Hedy Lamarr coinventó un sistema secreto de comunicaciones para ponerlo al servicio de la lucha contra el nazismo. Imagen: www.minasyenergia.upm.es

Sociedad

#8M 2023

Unidiversidad

Julia López

Publicado el 08 DE MARZO DE 2023

Hedy Lamarr tiene su estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood, pero también en el Paseo de la Fama de Inventores e Inventoras: fue la primera mujer en recibir el premio conocido como “Oscar de la invención”. En su honor, además, bautizaron una calle en Viena, un telescopio cuántico y un asteroide. La historia de la famosa actriz que huyó de un marido que la oprimía, triunfó en la actuación y coinventó, con George Antheil, la primera versión de un sistema inalámbrico de transmisión de información a larga distancia.

De origen judío, nació en Viena en 1914. En su juventud empezó estudios en ingeniería, pero los abandonó cuando decidió dedicarse a su carrera como actriz. Su nombre completo era Hedwig Eva María Kiesler y se hacía llamar Eva Kiesler. Saltó a la fama por su papel protagónico en la película Éxtasis, de 1933: fue la primera mujer en la historia del cine comercial que se mostró desnuda y fingió un orgasmo. Para su familia fue un completo escándalo.

Un magnate de la industria armamentística cercano al nazismo y al fascismo, Friedrich Mandl, se sintió atraído y arregló un matrimonio contra la voluntad de la actriz, pero con el aval del padre y la madre. Los cuatro años que vivió con el hombre fueron un verdadero infierno para Eva. Mandl no solo la obligó a abandonar su incipiente carrera, sino que intentó conseguir todos los ejemplares de la película para que nadie más pudiera ver desnuda a su esposa. La obligaba a acompañarlo a sus viajes y reuniones de negocios, la mantuvo encerrada en su lujosa casa y tenía personas que la controlaban de manera permanente.

En la soledad de ese matrimonio, ella aprovechó su tiempo para seguir estudiando ingeniería y nutriendo su alma de inventora. Audaz, utilizó su inteligencia y sus conocimientos previos para aprender del entorno de su marido los secretos y las limitaciones de la tecnología armamentística nazi. Esas personas habrán pensado que ella solo era una compañía bonita; no deben haber imaginado que entendía los pormenores. De hecho, las reuniones de las que participó le sirvieron de guía para idear y patentar, en 1940, la técnica de conmutación de frecuencias.

Se dice que Walt Disney se inspiró en Hedy Lamarr para crear a Blancanieves.

La mujer le puso fin a esa vida de control y sometimiento: escapó en un auto hasta la estación de tren y huyó a París y a Londres después. Allí conoció a Louis B. Mayer, jefe de la Metro-Goldwin-Mayer (MGM), quien estaba por partir hacia Estados Unidos. Ella vendió sus pocas pertenencias y compró el boleto para subirse al mismo barco. Supuso que en los días que duraría el viaje podría convencerlo de que la contratara. Y así fue. E incluso se cambió el nombre, para despegarse de su pasado. Eva Kiesler arribó al país norteaméricano como Hedy Lamarr, el nombre que la inmortalizó.

 

El antecedente del wifi

Su carrera como actriz en el país norteamericano retomó el impulso y se lanzó nuevamente al estrellato. Pero su espíritu de inventora no se quedó atrás. Por las reuniones que presenció con jerarcas nazis, sabía que en el mundo armamentístico existía el problema de que los torpedos de los submarinos eran interceptables porque los lanzaban en una frecuencia angosta. Incluso a veces terminaban impactando en embarcaciones civiles.

El aporte de Lamarr fue pensar que la frecuencia se podía cambiar constantemente, como se hace al tocar un piano, y de esa forma controlar un torpedo por radio sin que fuera interferido. Junto con George Antheil, un músico que conocía a la perfección el mecanismo de las pianolas y armaba sinfonías con ellas, desarrolló un sistema de comunicaciones secreto. ¿Cuál era el objetivo? Controlar por radio un torpedo por una frecuencia que el bloque enemigo no pudiera interceptar.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Lo que hicieron fue sincronizar el cambio de frecuencia entre el aparato transmisor y el receptor. ¿La clave? No elegir una, sino un espectro muy ancho de frecuencias mediante las cuales iba enviándose el mensaje, para lo cual usaban un par de tambores perforados y sincronizados como una pianola para cambiar entre 88 frecuencias.

Patentaron el espectro ensanchado por salto de frecuencia, una técnica para transportar información protegida sobre una onda empleada en telecomunicaciones para la transmisión de datos digitales y por radiofrecuencia. La técnica para modular señales de espectro expandido es la base de las comunicaciones inalámbricas y, si bien al principio tuvo uso militar, hoy es la base de un gran número de aplicaciones cotidianas como el wifi, el bluetooth o la telefonía móvil de última generación.

Lo patentaron en 1942, con la ayuda del gobierno estadounidense, pero la necesidad de pasar de un sistema mecánico a uno electrónico demoró su aplicación. Y, a pesar de que lo habían puesto a disposición del gobierno de Estados Unidos para combatir a las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, el país lo usó en la década del 60 contra Cuba, en la crisis de los misiles, y contra Vietnam, en la guerra que dejó un saldo de millones de muertes vietnamitas.

Patente 2292387. La patente figura a nombre de H. K. Markey (Hedy Kiesler Markey), su apellido de casada en ese momento. Imagen: www.mujeresconciencia.com

Hedy Lamarr, principalmente autodidacta, también inventó un semáforo mejorado, una tableta disoluble en agua para crear bebida carbonatada que no tuvo éxito y un diseño más aerodinámico para los aeroplanos de Howard Hughes, con quien tuvo una relación sentimental. Para este último desarrollo, se basó en imágenes de las aves y los peces más rápidos que pudo encontrar. En Austria, el Día del Inventor y la Inventora se celebra el 9 de noviembre en honor a la fecha de su nacimiento.

Fuente: Universitat Oberta de Catalunya, www.mujeresconciencia.com, www.minasyenergia.upm.es

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