Jardines maternales y AUH, una propuesta de inversión para cerrar la brecha de género

Un informe del Cippec propone que el Estado genere espacios para la crianza y el cuidado de niños de hasta 4 años para mejorar el acceso de las mujeres al mundo laboral. Mirada crítica desde el feminismo.

Jardines maternales y AUH, una propuesta de inversión para cerrar la brecha de género

Foto: Unidiversidad

Sociedad

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Laura Zulián

Publicado el 06 DE AGOSTO DE 2019

Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) propone ampliar la oferta pública de espacios de crianza, enseñanza y cuidado, extender la jornada escolar en la educación primaria y mejorar el sistema de Asignación Universal por Hijo como elementos clave para generar empleo y cerrar las brechas de género.

El estudio realizado por cinco investigadores de la institución hace hincapié en la redistribución de las tareas de cuidado no remuneradas como un factor determinante para lograr que las mujeres puedan insertarse en el mercado laboral. Según los datos volcados en el informe, basados en la última Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAHU 2013), las mujeres siguen siendo las proveedoras primarias del cuidado y del trabajo no remunerado: el 89 % declaró haber realizado estas actividades, en contraste con el 58 % de los varones.

Por eso, resulta fundamental la inversión en otras formas de cuidado. El Cippec propone, en primer lugar, la ampliación de la oferta de espacios de crianza, cuidado y enseñanza para niños de entre 0 y 4 años con diferentes niveles de inversión.

“El escenario de mínima inversión en esta política permitiría alcanzar una tasa de asistencia del 53 % de los niños menores de 4 años, incrementando 20 puntos la cobertura actual. En el escenario de inversión media, la cobertura ascendería al 60 %, y en el de máxima, al 67 %”, concluyen en el informe.

Como segundo punto para acortar la brecha de género en el mercado laboral, recomiendan la implementación de la jornada extendida en escuelas primarias hasta llegar al 30 % de la matrícula en el nivel estatal. Por último, proponen modificar el régimen de Asignación Universal por Hijo para alcanzar una completa universalización de la cobertura e incrementar los montos que las familias reciben en este concepto.

“Cada una de estas políticas podría generar un aumento del empleo total de entre el 0,7 % y el 6,4 % – es decir, entre 132 700 y 1 285 000 puestos de trabajo nuevos– y alrededor de la mitad de los puestos creados serían ocupados por mujeres”, afirman desde el Cippec.

A la vez, explican que la inversión que el Estado debería hacer para implementar estos cambios tendría una capacidad de repago, ya que cerca del 60 % del gasto inicial se podría recuperar mediante la recaudación de impuestos y se lograría aumentar el PBI entre el 0,7 % y el 5,3 %. 

 

Cambiar el paradigma

Alejandra Ciriza, investigadora del Conicet, docente de la UNCUYO y militante feminista, opinó que es importante que el Estado asuma la importancia del cuidado y que tiene que ser considerado como una actividad que implica tiempo, esfuerzo y de la cual se ocupan en general las mujeres y las personas racializadas.

“Encuentro muy difícil que esto pueda ser llevado a cabo por un Estado cuyo único horizonte son las políticas represivas. El Estado actual, el Estado macrista y neoliberal, lo único que ha reforzado es la Gendarmería Nacional y los servicios de inteligencia”, agregó. Para Ciriza, las propuestas del Cippec son poco viables en estas condiciones. 

Desde su punto de vista, no solo son necesarias estas políticas de Estado de cuidado, sino que también hay que pensar en un cambio de paradigma. “La idea de que las mujeres tenemos que incorporarnos al trabajo productivo es una visión que tiene que ver con un determinado modelo de desarrollo, bajo las condiciones de un planeta que está implosionado. Creo que las políticas tienen que apuntar a recuperar otras formas de convivencia”, sostuvo.

Explicó que no se puede pensar en un modelo emancipatorio sobre la base de “Emancipémonos de cuidar y de la vida cotidiana”.

“Todas las personas tenemos ocupaciones domésticas. No quiero que otra cuide por mí, porque va a ser otra la que va a cuidar y a limpiar mi casa, yo no quiero eso. Trabajamos cada vez más horas para comprar cosas y creo sinceramente tenemos que repensar esto”, agregó.

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