En Mendoza, la tasa de desocupación femenina supera la nacional

Son datos del informe del Indec sobre mercado de trabajo, tasas e indicadores socioeconómicos. La feminización de la pobreza se intensifica en la provincia.

En Mendoza, la tasa de desocupación femenina supera la nacional

Imagen: La Tinta

Sociedad

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Julia López

Publicado el 27 DE MARZO DE 2020

Según la difusión trimestral del Indec titulada “Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos”, la falta de trabajo afecta más a las mujeres, tanto a nivel local como a nivel nacional. Además, el incremento del desempleo es notorio para las poblaciones más jóvenes.

“Con respecto a la tasa de desocupación para poblaciones específicas por grupos de sexo y edad, la de mayor intensidad corresponde a las mujeres de 14 a 29 años, para las cuales la tasa asciende al 18,9 %”, remarca el Indec en la síntesis descriptiva de la publicación correspondiente al último trimestre de 2019.

Mendoza cerró 2019 con una desocupación del 7,3%

La tasa de desocupación alcanzó al 8,9 % a finales del 2019, contra el 9,1 % del último trimestre de 2018, con un ligero incremento del empleo informal, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

La tasa de desocupación de las mujeres en Mendoza (10,8) es más alta que la nacional (9,5) en el cuarto trimestre de 2019. La diferencia se nota con claridad cuando se observa que, en el caso de los varones, no pasa lo mismo: a nivel nacional, la tasa de desocupación es de 8,4, y en el Gran Mendoza, 4,4 para el mismo periodo.

 

Fuente: Indec, Encuesta Permanente de Hogares

Además, el aumento del desempleo en la población femenina es notorio en la provincia: del 7,4 % en el último trimestre de 2018, al 10,8 % en ese período de 2019. En los hombres, por el contrario, disminuyó la desocupación: del 4,7 % al 4,4 %. La infravaloración del trabajo femenino es una preocupación central para economistas feministas.

Fuente: Indec, Encuesta Permanente de Hogares

La tasa de empleo también explicita la desigualdad de género. En el Gran Mendoza, las mujeres empleadas son el 47,5 %, y los varones, el 68,8 %. Esto también se incrementa con la edad: la tasa de ocupación más baja corresponde a mujeres de hasta 29 años (el 39,8 %) y la más alta, a varones de entre 30 y 64 años (el 89,6 %). A nivel nacional, cambian los números, pero los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares no muestran grandes diferencias.

A simple vista, estos datos parecen solo números. Lo cierto es que, al igual que la clase, la etnia, la raza o la edad, el género es una variable de suma importancia para entender nuestra economía. La precarización laboral, los niveles de desempleo y menores los ingresos tienen consecuencias: entre mujeres y varones, la diferencia de los ingresos en Argentina es del  28,2 %.

“A esto nos referimos con feminización de la pobreza: a que nuestro género define el lugar socioeconómico al que podemos acceder”, afirman Judith Álvarez Ruiz Díaz y Belén Durruty en "Revista Mantis".

El desequilibrio también se puede explicar si se tiene en cuenta que, al hablar de empleo, se hace referencia exclusivamente al trabajo remunerado y no al trabajo doméstico. Si se considera que el mismo Indec dice que el 76 % de las horas dedicadas a tareas del hogar son realizadas por mujeres, podemos ver cómo el acceso al mercado laboral presenta mayores barreras para la población femenina. 

Las mujeres destinan al hogar el doble de tiempo que los varones

La carga de las tareas domésticas y de cuidado sigue en manos de las mujeres, que en Mendoza dedican más del doble de tiempo que los varones a estas actividades no remuneradas. Esta es una de las conclusiones de una investigación realizada por profesionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,de la UNCUYO.

Además, se refleja el hecho de que las políticas de ajuste impactan directamente sobre las mujeres. Es decir, cuando los recortes presupuestarios en salud, educación o transporte público se trasladan a los hogares, se afecta directamente a las mujeres, que se responsabilizan del trabajo doméstico no remunerado.

En otros tiempos (y, en la actualidad, en otros lugares), a través de leyes y distintas reglamentaciones, a las mujeres se les ha prohibido el acceso a los recursos productivos, como son la tierra, la vivienda, el trabajo o el crédito. Sin embargo, y a pesar de que la restricción en la actualidad no es explícita, la realidad muestra que para ingresar al mercado de trabajo, los obstáculos aumentan para el género femenino.

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