El futuro de la Amazonia se juega en las elecciones de Brasil
La elección presidencial del próximo domingo en Brasil no solo transformará el destino del país más grande de Latinoamérica. También es un referendo sobre el futuro de la Amazonia, el bosque tropical más grande del mundo, a veces conocido como “el pulmón de la Tierra”.
El futuro de la Amazonia se juega en las elecciones de Brasil. Foto: Télam
El próximo domingo, Brasil elegirá entre dos modelos ambientales opuestos, por un lado, el del presidente Jair Bolsonaro, quien busca su reelección y niega las críticas de la comunidad internacional sobre la creciente deforestación y los incendios de la Amazonía, y, por otro, el del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que apuesta a una agenda de desarrollo sostenible y a un acercamiento con su exministra de Ambiente Marina Silva.
La última investigación del Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazonia (IPAM), de mayo pasado, arrojó que la deforestación de tierras públicas de la Amazonía brasileña -sin incluir las públicas estaduales ni las privadas- se incrementó un 56,6% en promedio por año con Bolsonaro desde 2019 y que hasta finales de 2021 se destruyeron 32.000 kilómetros cuadrados, es decir, la dimensión de 21 ciudades de San Pablo.
"Existe una falta de gobernanza muy fuerte sobre la Amazonia, principalmente con el Gobierno de Bolsonaro, que debilitó las agencias fiscalizadoras de la deforestación, y también muchas menos operaciones policiales", explicó a Télam Ane Alencar, directora de Ciencias de IPAM.
Por ejemplo, en 2021 el presupuesto de los organismos públicos de conservación ambiental se redujo un 71% con respecto a 2014, según la Universidad Federal de Río de Janeiro.
(El próximo domingo, Brasil elegirá entre dos modelos ambientales opuestos). Foto: Télam
Según la experta, "las altas tasas de deforestación impactan en la cantidad de fuego y es una consecuencia de la impunidad del Gobierno de Bolsonaro, que incentiva la ocupación ilegal de tierras y la especulación latifundista".
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) detectó entre enero y agosto pasados un aumento de los incendios del 16% respecto al mismo periodo de 2021, la cifra más alta en 12 años.
La información, que también respaldan investigaciones publicadas en las revistas científicas Nature y Science, que sugieren que la capacidad de la Amazonía para eliminar el carbono del aire se deteriora, revierte una tendencia marcada durante los dos Gobiernos de Lula (2003-2010), descritos por Alencar como "definitivos para reducir" la deforestación.
"Desde 2005 a 2012, la deforestación se redujo en un 80%, a partir de constantes monitoreos, controles y fiscalización, una optimización de las políticas ambientales para detener a los deforestadores ilegales", precisó la magíster en Sensores Remotos Ambientales y Sistema de Información Geográfica, posdoctorada en Recursos Forestales y Conservación.
Y, consideró que "las personas, principalmente del centro o sur del país, piensan que la Amazonía es muy preciosa", pero apuntó que el nivel de conocimiento sobre las problemáticas de la región "no es muy alto y hay mucha desinformación".
(Investigaciones publicadas en las revistas científicas Nature y Science sugieren que la capacidad de la Amazonía para eliminar el carbono del aire se deteriora). Foto: Télam.
La importancia de la Amazonía se explica porque representa el 40% del bosque tropical del mundo, con unos 7 millones de kilómetros cuadrados distribuidos entre Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Surinam y Guyana Francesa, y que reúnen el 25% de la biodiversidad terrestre y la mayor cantidad de especies de peces que ningún otro sistema fluvial, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Actúa como un sumidero de carbono: almacena más dióxido de carbono del que emite -entre 90.000 y 140.000 millones de toneladas que de lo contrario estarían en la atmósfera- y libera oxígeno, ciclo que ayuda a regular el calentamiento global, según el Fondo Mundial para la Naturaleza.
"Además de tener una biodiversidad muy importante y todavía desconocida que puede ser muy importante, por ejemplo, para descubrir medicamentos o patógenos, la Amazonía tiene una diversidad cultural muy grande y es un valor importante para la región", explicó Alencar.
El 65% de la Amazonía está en Brasil, es decir, unos 5,5 millones de kilómetros cuadrados, y abarca más de la mitad del país. Administrativamente se organiza en nueve estados, delimitación conocida como la Amazonía Legal y que en 2005 albergaba al 55,9% de la población indígena brasileña, según la Fundación Nacional de Salud.
Según INPE, desde 2010 las cuatro peores cifras de incendios en agosto coincidieron con el Gobierno de Bolsonaro: 30.900 focos en 2019, 29.307 en 2020, 28.060 en 2021 y 33.116 en 2022, con Pará y Amazonas entre los estados más afectados.
La principal causa es la deforestación, como resultado de la minería y la construcción de caminos ilegales, la tala indiscriminada y la usurpación de tierras para la agricultura.
(Lula pone sus esfuerzos en una agenda verde). Foto: Télam.
"Brasil está entre los seis primeros países con mayor emisión de gases de efecto invernadero y la principal causa son los cambios del uso de la tierra. Frenar la deforestación en Brasil significa dar un paso adelante a la mitigación del cambio climático", explicó la científica.
En ese marco, con miras a los comicios de este domingo Lula pone sus esfuerzos en una agenda verde y la incorporación a su equipo de Silva, quien fue ministra de Ambiente de 2003 hasta 2008, cuando se alejó del Partido de los Trabajadores por desacuerdos, mientras que Bolsonaro considera que las cifras difundidas por la prensa son "la misma bobada de siempre", al igual que hizo con la pandemia de coronavirus.
"Es una noticia patrocinada por brasileños que trabajan contra el país, ahuyentan inversiones y generan muchas dificultades económicas", declaró Bolsonaro en septiembre de 2021 durante un vivo por redes sociales, y agregó que nunca había visto "a nadie hablando mal de su país como hacen los brasileños".
Este mes, en la 77 asamblea de Naciones Unidas, afirmó que sus políticas ambientales son referencia mundial, que "en la Amazonía brasileña más del 80% de la floresta continúa intocada, al contrario de lo que es divulgado por la gran prensa nacional e internacional" y llamó a considerar a los "más de 20 millones de habitantes, entre ellos indígenas" que viven allí.
Para el periodista ambiental Gustavo Faleiros, fundador de InfoAmazonia, en el campo ideológico, Bolsonaro reflota el "discurso de que la Amazonía es codiciada por fuerzas extranjeras, de que son los brasileños los que mejor saben cuidar de ella" pero "no creó ninguna área protegida ni reserva indígena", según el diario El País.
Además, consideró que el recorte en las agencias de fiscalización en los últimos cuatro años contribuyó a una explosión de la minería ilegal y a la consolidación de facciones criminales que debe ser tratado como seguridad nacional.
El caso de los asesinatos en junio pasado de Dom Phillips, colaborador de The Guardian, y del experto indígena Bruno Pereira, en el Valle de Javari, una zona remota de la Amazonía cerca de Colombia y Perú, invadida por pescadores, cazadores, madereros y mineros ilegales, y descrita por la policía como una ruta clave para el narcotráfico, resonó internacionalmente, pero Bolsonaro lo ignoró.
Ahora son recibidas con escepticismo sus promesas de campaña de "promover la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales", conciliar "la preservación del medio ambiente con el desarrollo económico y social" y resaltar que "la quema ilegal es un asunto de la más alta importancia".
(Según INPE, desde 2010 las cuatro peores cifras de incendios en agosto coincidieron con el Gobierno de Bolsonaro). Foto: Télam.
Lula, por su parte, se comprometió a combatir "los delitos ambientales promovidos por milicias, acaparadores de tierras, madereros y cualquier organización económica que actúe en contra de la ley (...) la deforestación ilegal y a promover la restauración de áreas degradadas y la reforestación de biomas", de acuerdo con su plataforma política.
"Si soy presidente no habrá minería en tierras indígenas. Los indios no son intrusos, estaban aquí antes de que llegaran los portugueses. Tienen derecho a una vida digna y cuidar de la Amazonía es más importante que ellos buscando oro", tuiteó en marzo.
Entre otros puntos que recuperan el lineamiento verde de sus gestiones previas se destacan el desarrollo sostenible, con políticas que incentiven las actividades productivas, y las reducciones de la deforestación en la Amazonía y de emisiones de gases de efecto invernadero.
Según Lula, su Gobierno debe ser "protagonista" de una "transición ecológica" y fortalecer el Sistema Nacional Ambiental y la Fundación Nacional del Indio, además de evitar la privatización de Eletrobras, la mayor empresa de generación de energía eléctrica de América Latina.
El calentamiento global "es inequívoco" y las consecuencias de la crisis climática, que acarrean pérdidas económicas hasta vidas, "son inaceptables", reza el programa de Gobierno, que considera "imperativo defender la Amazonía de la política de devastación del actual gobierno" y proteger a los pueblos indígenas.
Fuente: Télam
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