Juicio a Gilad Pereg: testigos descartan anomalías en su comportamiento

“Jamás sentimos que hiciera un 'miau, miau'”, dijo uno de los vecinos que se presentó a declarar y refirió que había escuchado tres detonaciones en la casa del imputado. Además, otro de los testigos afirmó que, un mes después de su detención, el israelí transfirió 10 armas a uno de los abogados que lleva adelante su defensa.

Juicio a Gilad Pereg: testigos descartan anomalías en su comportamiento

Foto: Prensa Poder Judicial

Sociedad

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Ángeles Balderrama

Publicado el 27 DE OCTUBRE DE 2021

El segundo día de testimoniales comenzó a las 9, sin la presencia de Gilad Pereg, en la Sala 15 del Polo Judicial Penal. Aunque se le preguntó en dos oportunidades de la mañana si quería ingresar, el exmilitar israelí afirmó a sus abogados que no deseaba hacerlo. Vecinos del detenido y el Director de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ex-Renar), explicaron que nunca notaron anomalías en su comportamiento. También mencionaron una actuación notarial posterior a la detención de Gilad Pereg, en la que transfirió 10 armas a Lautaro Brachetta, uno de los defensores técnicos.

Tres detonaciones fue lo que sintieron el sábado 12 de enero un padre y su hijo mientras trabajan en su taller mecánico. Ambos son vecinos de Gilad Pereg y lo conocen desde su llegada a Guaymallén. Si bien vivieron un episodio de violencia e intervención policial con él, remarcaron que en las charlas no se notaba nada diferente a lo normal. “Cuando sucedieron los hechos con su mamá, lo notamos muy limpio, con un cambio de look. Jamás sentimos que hiciera un 'miau, miau'”.

“Un sábado estaba con mi hijo concentrado en el trabajo y, como a las 10, sentí tres detonaciones como petardos, pero muy fuertes. Le dije a mi hijo que se fijara porque capaz eran niños. Salió y no había nadie en la calle. Se va a preparar un café y me pregunta si no sentí a una mujer diciendo: ‘¡No, no, no!’, pero como estaba trabajando, le dije que no”, explicó uno de los testigos.

El hijo complementó la información brindada por su padre: “Era un ‘No’ femenino, y detrás, tres sonidos fortísimos. Cuando salgo a la calle, me encuentro con mi tía y me dice: ‘Negro, no salgas, que fueron tiros’. Miré por la medianera, pero no se veía nada”.

En este sentido, los vecinos destacaron que Gilad Pereg les había comentado unos 60 o 90 días antes que iban a llegar de visita su tía y su madre, “por eso estaba haciendo unas piezas para esperarlas”

“Antes de la discusión, lo veía frecuentemente. Lo denuncié porque quería abrir un portón para mi casa. En un momento, se fue para una pieza y vi que traía una cosa negra; cuando veo, era un arma. Revoleó un tiro al aire y ahí fue cuando llamé a la policía, pero cuando llegaron, no los dejó entrar a la casa porque les dijo que estaba en su propiedad”, explicó el vecino.

A medida que la jornada transcurría, más testigos iban declarando. El equipo de jurados se mantuvo tranquilo, tomaba notas y estaba atento a los relatos de los testigos. Alejandro Pelliza, delegado de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ex-Renar), fue otra de las personas que se presentaron este miércoles. “En ningún momento me pareció una persona fuera de sí”, afirmó. 

“Yo lo he visto, no he hablado con él nunca. Llegaba temprano y se hacía atender con mi empleada. En 2014, Pereg saca la credencial de legítimo usuario y en mayo de 2016 pasa a ser categoría A2, es decir que puede tener entre 10 y 49 armas. Gil Pereg tenía 46. Hizo el examen psicofísico y lo aprobó. El 10 de enero de 2019 vino a retirar credenciales y planteó que había sufrido un robo de tres armas, pero el 15 de enero vuelve y dice que las encontró. Me llamó la atención el cambio de fisonomía entre esos días. Siempre se lo veía con rastas y después llegó rapado”, dijo Pelliza.

En tanto, el hombre declaró que el día 25 de febrero (cuando Gilad Pereg ya se encontraba detenido), recibió una actuación notarial que “certificaba que Gil Pereg transfería 10 armas al señor Brachetta Lautaro”, uno de los abogados que realiza su defensa.

Más detalles que complican al imputado

El jefe de la delegación de Guaymallén de la Policía de Mendoza, Gustavo Reyes, también dio su testimonio. El hombre explicó que, mientras realizaban los allanamientos, lograron detectar en una silla "dos esposas con sus correspondientes llaves, una colcha con sangre y una remera blanca con cuatro manchas de sangre con la que dijo que él se había cortado afeitándose. El colchón y una bolsa de cemento tenían manchas similares”.

Al consultarle por el comportamiento y la forma de actuar del israelí, Reyes indicó que “no quería que lo revisaran”. “Él nos decía que no íbamos a encontrar nada, que ya habían revisado. Era muy puntual. No maullaba, se hacía entender bien”.

En tanto, otro de los testigos que se desempeña desde 2008 en el Cuerpo Médico Forense remarcó algunos datos sobre los cuerpos de Phyria Saroussy y Lily Pereg. “Había lesiones, machucones, por los que creemos que hubo una suerte de defensa. No sé si defensa, pero al menos de lucha. Había lesiones post mortem”, dijo.

La defensa puntualizó sobre uno de los datos aportados por el testigo y preguntó: "¿Ha visto muchos cadáveres en esta condición?". El testigo respondió: “Nunca he visto cuerpos atravesados con hierros de construcción”.

 

Cuarto intermedio y recurso de casación

Los jurados tomaron un descanso para almorzar y fue en ese momento cuando la jueza Laura Guajardo se tomó un momento para escuchar el pedido de la defensa de Gilad Pereg. En concreto, pidieron la nulidad del debate por la exhibición, por parte del Ministerio Público Fiscal, de una fotografía del hallazgo de los cuerpos. Para la defensa, esta acción afectó la parcialidad de los jurados. Sin embargo, luego de escuchar a las partes, Guajardo rechazó el planteo. Por este motivo, los defensores de Gilad Pereg presentaron un recurso de casación, una impugnación contra lo sentenciado.

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