Más allá de las patentes: las estrategias necesarias para que la vacunación sea universal

Diego Esteban Cargnelutti, docente e investigador de la UNCUYO, dijo que debe haber una sinergia entre varias medidas mundiales para enfrentar la pandemia. Explicó cuáles son las vacunas que se pueden replicar en América Latina.

Más allá de las patentes: las estrategias necesarias para que la vacunación sea universal

El docente e investigador explicó que Argentina, Brasil y México cuentan con tecnología para producir vacunas. Foto: Prensa Gobierno

Sociedad

Vacuna COVID

Unidiversidad

Verónica Gordillo

Publicado el 23 DE JUNIO DE 2021

Sinergia: esa fue la palabra clave que utilizó el docente e investigador de la UNCUYO Diego Esteban Cargnelutti para explicar que no hay una estrategia mejor que otra para enfrentar la emergencia causada por la pandemia de la COVID-19. Al contrario, expresó que es necesario impulsarlas a todas juntas para lograr que la humanidad se vacune: la liberación de patentes, el mecanismo Covax, los convenios de trasferencia y adopción tecnológica, y la donación de dosis por parte de países desarrollados hacia los emergentes.

“En estas emergencias, no podemos decir que esto es mejor que esto otro, son distintas estrategias que se deben desarrollar en forma sinérgica”, aseguró a Unidiversidad el docente del Área de Parasitología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO e investigador del Conicet en el Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu).

 

Liberación de patentes: más relato que realidad

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y un puñado de países impulsan la liberación de las patentes de vacunas para prevenir la COVID-19 con el objetivo que la humanidad, sin importar dónde viva, acceda a ellas. Las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de que apoyaría la iniciativa fueron un impulso al proceso que se decide en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero por ahora son solo expresiones de buena voluntad, sin resultados concretos.

¿La liberación de patentes contribuiría a resolver la emergencia sanitaria? Cargnelutti respondió que no, aunque destacó que no es un experto en el tema patentes, sino en vacunas para enfermedades parasitarias.

“En forma inmediata, esta no es una estrategia que va a resolver el problema; la liberación de patentes es un procedimiento técnico, legal y jurídico complejo. Si bien tenemos distintos relatos periodísticos sobre países del primer mundo que están promoviendo la liberación como Estados Unidos, Francia o España, y otros, como Alemania, que están en contra, pero son dichos a nivel periodísticos. Llegar a liberar las patentes, luego a la adopción de esta tecnología en los distintos países y a la producción sería un tiempo que llevaría años. A nivel mundial, se tendría que resolver esta emergencia en forma inmediata, entonces no me opongo ni tampoco digo que es lo mejor, pero si nos quedamos a esperar la liberación de patentes, la pandemia nos va a pasar por arriba, sobre todo a los continentes en vías de desarrollo, y considero que hay otras estrategias que se están desarrollando en nuestro país y en otros países para tratar de resolver el tema de la pandemia”, expresó.

No existen muchos antecedentes de liberación de patentes, pero el profesional recordó el que se produjo en 2001, cuando se acordó este procedimiento con los antirretrovirales para contener el aumento exponencial de los casos de VIH/sida en el continente africano. Explicó que esto llevó a una reducción del 99 % en el precio del medicamento, que pasó de 10 mil dólares a 130 dólares por paciente y por año.

 

Acceso equitativo a vacunas

El investigador consideró que otras de las estrategias que es necesario impulsar es el mecanismo Covax, el fondo de acceso global para vacunas que puso en marcha la OMS en abril de 2020 con el objetivo de lograr una distribución equitativa de las dosis. Un horizonte aún lejano, si se tiene en cuenta que, de acuerdo al mismo organismo, los países más desfavorecidos recibieron solo el 0,3 % de las vacunas producidas, mientras los ricos inoculan a grupos que no forman parte de la población de riesgo.

El profesional explicó que, a través del mecanismo Covax, los países en vías de desarrollo pueden obtener vacunas a un precio menor al de mercado o recibirlas en forma gratuita en algunos casos.

 

Convenios de transferencia tecnológica

Cargnelutti resaltó otra de las estrategias a desarrollar: los convenios de transferencia o de adopción tecnológica. Explicó que estos no significan la liberación de patentes, ya que estas siguen en manos del fabricante original, es decir que mantienen el control de la calidad del producto y cobran una parte de las regalías.

El profesional destacó que en Argentina están en marcha convenios de este tipo, por ejemplo, el que se firmó con el Fondo Ruso de Inversión para que Laboratorios Richmond produzca la vacuna Sputnik V, del Centro Gamaleya.

 

Producción en América Latina

Tanto si se promueve la liberación de patentes como los convenios de transferencia tecnológica, es necesario determinar si los países cuentan con los avances científicos y con una industria farmacéutica que permita replicar las vacunas. Cargnelutti explicó que Argentina, Brasil y México son los líderes en Latinoamérica para la producción, ya que Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, entre otros, no cuentan con la tecnología necesaria.

¿Argentina, México y Brasil pueden producir cualquiera de las vacunas? El doctor en Biología contestó que las únicas que no pueden replicar son las producidas por las firmas Pfizer y Moderna, un nuevo tipo de vacunas que se basan en ARN mensajero, que enseña a las células a producir una proteína, en este caso la Spike, de la COVID-19.

Cargnelutti explicó que las vacunas se clasifican como de primera, segunda y tercera generación, en relación con la tecnología que utilizan para su producción. Las primeras, comentó, marcaron el origen de la vacunología, utilizan agentes patógenos inactivados y son simples de replicar, como el caso de la Sinopharm.

En cuanto a las de tercera generación, comentó el profesional, unas se producen sobre la base de vectores virales, como los casos de Sputnik V o AstraZeneca, que se pueden replicar en el país. En cambio, otras utilizan el ARN mensajero (Pfizer y Moderna) y para su producción se necesita una gran cantidad de insumos; en estos dos casos, se utilizan componentes que se fabrican en 16 países, por eso es una tecnología compleja de replicar, que necesita una industria muy bien consolidada para garantizar condiciones de homogeneidad entre los distintos lotes.

 

Acelerar la donación

La última estrategia que Cargnelutti consideró que es necesario agilizar es la donación de vacunas por parte de los países desarrollados hacia los menos desarrollados. Explicó que –según su visión– este proceso llega un poco tarde, por lo que recalcó que es necesario agilizarlo para evitar la muerte de más personas a causa de la enfermedad causada por el virus.

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