Escasez hídrica: la incidencia humana es cada vez mayor

Así lo aseguró el investigador Juan Ribera en Radio U. Detalles del informe que marca la gravedad de la situación. La lupa sobre el Valle de Uco.

Escasez hídrica: la incidencia humana es cada vez mayor

El riego a manto se practica en muchas zonas de la provincia e implica el derroche de un recurso escaso. Foto: agritotal.com

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Publicado el 15 DE ABRIL DE 2021

La incidencia de las actividades humanas en la escasez de recursos hídricos es cada vez mayor, en comparación con otros factores naturales. Así lo aseguró en una entrevista con Radio U Juan Ribera, uno de los investigadores del Conicet y de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA que elaboraron un informe que cuantifica la variación de caudales en los últimos 50 años, con énfasis en los últimos 10 años. El informe llega a la conclusión de que la situación es grave y que no se revertirá en el corto plazo.

Ribera explicó que el pronóstico para el invierno en relación con las nevadas no es alentador, por lo que la situación de sequía no se revertirá sino que tiende a profundizarse.

El investigador destacó la necesidad de optimizar la utilización de este recurso natural, así como de contar con información precisa (que no pudieron obtener para el informe) sobre la cantidad y calidad del agua subterránea. Esto, porque en el Valle de Uco estimaron que se apela a este recurso para paliar la escasez de recurso superficial.

Aquí, parte de la charla con el profesional.

 

Ciclos naturales y actividad humana

Una de las conclusiones del informe es que la situación en cuanto a sequía de la última década no tiene precedentes y la previsión a futuro es negativa.

Sí, lamentablemente, tratamos de ilustrar la situación que se estuvo viviendo en los últimos años en materia de recursos hídricos regionales, que desde el punto de vista de acumulación de nieve y de escorrentía superficial en los ríos no fue positiva. Todo esto, en el contexto de un cambio climático que va a propiciar que la ocurrencia de nevadas invernales sea cada vez menos frecuente, lo que va a tener un impacto a futuro en el tema de los recursos hídricos.

¿Existe el riesgo de que falte el recurso para las distintas actividades?

Agua va a seguir habiendo, porque todavía tenemos los cuerpos de hielo, cuya fusión es más lenta y que son los que vienen a subsanar la falta de nieve, pero el tema es complicado y habría que pensar en optimizar. Si el recurso va a ser cada vez más escaso, hay que tratar de evitar pérdidas, ya sea por mala filtración o por mal aislamiento en los canales de riesgo.

El informe marca un nivel récord de sequía desde 2017. ¿La situación sigue empeorando?

Es complicado, el informe cuantifica la variación en caudales en los últimos 50 años con énfasis en los últimos 10 años. Pensemos que en estos 50 años hubo transformaciones en Mendoza en cuanto al uso del agua; por ejemplo, la dedicación que le da la provincia a la producción de vino, antes para vino de mesa, ahora de alta calidad; la población no es lo misma que en los 70, ahí también tenemos un consumo extra. Si solapamos los distintos usos en los últimos tres años, lamentablemente es preocupante la situación. También pensemos que el año pasado las nevadas no estuvieron muy por debajo de lo normal, hubo una pequeña mejora en la condición de los ríos, la condición de sequía mermó en su severidad, pero el pronóstico invernal no es muy alentador. La situación no se va a revertir de la noche a la mañana.

¿Cuánto de esta situación de emergencia obedece a ciclos naturales y cuánto a la acción del hombre?

Hay un poco de todo, hay una contribución natural y una antropogénica, emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático. Lamentablemente, la componente antropogénica está cobrando cada vez más peso, entonces los ciclos naturales tienden a ser modificados con el tiempo; aproximadamente el 25 % de lo que está pasando se lo podemos atribuir a la emisión de gases de efecto invernadero. Después hay una variabilidad natural que es difícil comprender, son ciclos demasiado largos, entonces, para caracterizar ciclos de 20 a 30 años, necesitamos series más extensas para saber si este ciclo es irreversible o no.

 

La lupa sobre el Valle de Uco

El informe da cuenta de la situación en el Valle de Uco con el uso del agua subterránea. ¿Por qué la marcan particularmente?

El dato de extracción de agua subterránea no lo pudimos obtener. Entonces, nuestra suposición es que, ante la falta de recursos superficiales, recurrieron a otras fuentes, y el agua subterránea es una de ellas. El problema con el agua subterránea es que debería estar cuantificada de mejor manera: cuánto, dónde y de qué calidad. Si uno sabe cuál es el mecanismo de recarga de este acuífero, uno puede entender mejor qué contribución hay de las lluvias en la recarga de ese acuífero, si existe o no, porque sabemos que el agua subterránea se asocia mayoritariamente al aporte bioglaciar, entonces me parece que requiere más estudios para saber si se exacerbó su extracción para paliar la falta de recursos hídricos superficiales.

¿Es positivo impulsar el riesgo por goteo para no regar más a manto?

Sin dudas. Entiendo que tiene un costo elevado, pero si hubiera alguna ayuda, deberían mejorarse los sistemas de riesgo en todas las fincas que se están regando a manto. Es la forma de optimizar el recurso, que cada gota vaya a la planta que lo necesite y no a cualquier lado.

¿Qué podemos hacer para contribuir?

Tratar de ser más amigables con la naturaleza, utilizar menos el auto, utilizar un medio de transporte público o la bici, pero también cambiar ámbitos de consumo, el reciclado, el compostaje. Hay alternativas como para tratar de ir con esa línea de cuidado de la naturaleza.

Audio

  • Entrevista a Juan Rivera.

    Investigador del CONICET

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